27 de julio de 2009

Lo nuestro duró lo que duran dos peces de hielo en un wisky on the rocks. En vez de fingir o estrellarme una copa de celos, le dio por reír. De pronto me vi como un perro de nadie, ladrando a las puertas del cielo. Me dejó un neceser con agravios, la miel en los labios y escarcha en el pelo. Tenían razón mis amantes en eso de que, antes, el malo era yo, con una excepción ; ésta vez, yo quería quererla querer y ella no. Así que se fue ; me dejó el corazón en los huesos y yo de rodillas. Desde el taxi, y haciendo un exceso, me tiró dos besos... uno por mejilla. Y regresé a la maldición del cajón sin su ropa, a la perdición de los bares de copas, a las cenicientas de saldo y esquina, y por esas ventas del fino Laína, pagando las cuentas de gente sin alma, que pierde la calma con la cocaína. Volviéndome loco, derrochando la bolsa y la vida, la fui, poco a poco, dando por perdida. Y eso que yo, para no agobiar con flores a María, para no asediarla con mi antología de sábanas frías y alcobas vacías, para no comprarla con bijoutería, ni ser el fantoche que va en romería, con la cofradía del Santo Reproche ; tanto la quería, que tardé en aprender a olvidarla, diecinueve días y quinientas noches. Dijo : Hola ! y adiós, y el portazo sonó como un signo de interrogación. Sospecho que, así, se vengaba a través del olvido, Cupido de mí. No pido perdón, ¿ para qué ? si me va a perdonar porque ya no le importa... siempre tuvo la frente muy alta, la lengua muy larga, y la falda muy corta. Me abandonó, como se abandonan los zapatos viejos, destrozó el cristal de mis gafas de lejos, sacó del espejo su vivo retrato, y fui tan torero, por los callejones del juego y el vino, que ayer, el portero, me echó del casino de Torrelodones. Qué pena tan grande, negaría el Santo Sacramento, en el mismo momento que ella me lo mande.

1 comentario:

  1. Que hermoso tema, te juro que anoche estaba pensando en subirlo. Te amo más que a nadie , gracias por tanto .

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